La mujer Géminis

Si hay una mujer divertida, se llamará, casi seguro, Géminis. Inquietas, ingeniosas, necesitadas siempre de la brillantez, del lucimiento, las mujeres geminianas desbordan y arrastran a cuantos conviven con ellas. Necesitan destacar, abrumar con su simpatía o con su ingenio. Géminis piensa poco en los demás.
Su cordialidad y sociabilidad es producto de esa búsqueda personal de la brillantez más que un acercamiento hacia los otros. La mujer Géminis se enamora infinidad de veces en su pubertad, olvidando a unos para apasionarse con otros con una simplicidad absoluta.
No le interesan los hombres que no se rinden hipnotizados por su belleza. Necesita esa adoración. Las mujeres Géminis sacan todo el provecho placentero de sus actos amorosos cuando ello se convierte en una prolongación de su carácter: cuando pueden lucir en batalla con su personalidad, su improvisación, su originalidad y cuando, con todo ello, cancelan y ciegan la pasión al hombre que les demuestra su amor, doblegándose a cuanto ellas pidan.
En el campo sexual, no acepta rutina.
Busca continuamente formas nuevas que estimulen su imaginación y que ponga en problemas a su pareja. Ver luchar al hombre contra todas las dificultades para lograr el acoplamiento es el mayor estímulo erótico para una Géminis. Una mujer Géminis es perfecta para los hombres con profundo sentido erótico, pero rebelde para los que tratan de imponer sus maneras. No son peligrosas para las demás mujeres; prefieren ignorar rivalidades. Nunca intentarán quitarle el marido a otra. Pero si él viene, rendido de admiración, aceptarán gustosas ese homenaje.

Signo Géminis