Ni su sexualidad ni sus sentimientos serán en este nativo, esta nativa, algo que deje de quedar supeditado a otras facetas de su más profunda, auténtica personalidad. Así, y desde luego en lamayor parte délos casos, loqueparece mover a estos nativos es el grado de enfrentamiento, de lucha, tanto interiormente hablando como en su proyección sobre el entorno que le depare cada uno de sus sentimientos.
No es por medio de la contemplación, de lo subjetivo o de los sueños como él o ella darán intensidad a su vida afectiva. Y sí, por el contrario, por medio de la realización, de un realismo sentimental combativo al que él o ella tienden en todos los casos, que él o ella necesitan para sentirse verdaderamente vivos.
Lo que Aries anhela es avanzar, lanzarse, hallar la plenitud por medio de la acción, probarse a sí mismo por medio de la confrontación con los demás y con la vida. Lo que más le atrae del amor es esto precisamente, es lo que despierte, avive, intensifique su necesidad de lucha y de conquista; lo que le obligue a poner en juego su enorme energía interna, su impulsividad.
En ningún caso se deja conquistar, siendo siempre él, o ella, quien conquista, quien sugiere, quien propone, quien lleva la iniciativa. Y esto tanto en lo sentimental como en lo sexual.
No le va lo trillado, lo que es siempre igual, lo que se eterniza en un proseguir sin relieve. Y busca, incluso sin proponérselo, lo desconocido. Le importa el fin y no los medios, fin que en amor es muchas veces vencer al otro, enfrentarse a él o a ella y doblegarle.
Puede ser, según las circunstancias propias de cada caso, sentimental, como puede dejar de serlo, aunque lo cierto es que no puede ser tachado de blando, de muy afectivo, de persona que se hunda en sus sentimientos o en la ensoñación amorosa. Sí se hundirá, en ocasiones, en el frenesí, en el exceso de las relaciones carnales.
