Esa persona a la que casi todo el mundo sonríe al pasar, que desde siempre, incluso desde la más tierna infancia ha tenido suerte, tanto en la vida de relación como en los juegos de azar, que parece que todo le va de cara, incluso los problemas que resulten con aparente poco coste, es un Sagitario.
Los nativos de este signo podríamos decir que están casados con la libertad, que por otra parte, mal aspectada en sus diferentes facetas de comportamiento, se puede convertir en libertinaje.
En general hablamos de individuos de buena psicología, tanto que con solo mirar a una persona a los ojos, u observando las diferentes posturas de sus manos, son capaces de saber qué es lo que está pasando, de ahí que sean difíciles de engañar.
Los nacidos bajo la protección de Sagitario son mutables, casi incluso más que un nativo de Géminis a pesar de toda su fama.
Su mutación consiste básicamente en las variaciones aparentemente desordenadas que le imprime su carácter en función de la persona que está con ellos, ya que con tal de divertirse o de pasar un momento viviendo intensamente, son capaces de cambiar la careta y el vestuario como si de una obra de teatro se tratase. Quizá por ello se les culpa de cierta hipocresía ya que en muchas ocasiones no saben disimular del todo.
No hay que olvidar que además poseen cualidades tales como: vitalidad, entusiasmo y optimismo, claro que es en
el lado bueno de las cosas, porque en el más negativo, tendríamos que hablar del caro precio que por sus nervios hacen pagar a los demás por su afán de arriesgarse a todo y por todo, y por su frágil y delicada moral tantas veces difícil de comprender.
En otro orden de cosas y a nivel general, los Sagitario presentan dos grupos bien definidos.
Los primeros se caracterizan por sus rostros afilados de finos rasgos y mirada clara, de esas que escrutan hasta el fondo de las cosas, tanto que incluso pueda parecer que se pierdan en un imaginario infinito.
Por lo que se refiere al aspecto genérico del signo vemos que sus cuerpos acostumbran a ser delgados pero musculosos, aunque algunos nativos de este signo tienden, con los años, a la obesidad. Referente al aspecto físico de la cara se puede afirmar que se caracteriza por rasgos más o menos redondeados, boca sensual ligeramente abultada, un mentón lleno y nariz recia.
Las mujeres suelen enmarcarse en lo que podríamos llamar «rellenas», no carentes de cierto atractivo y sensualidad.
Pero también existe una segunda tipología dentro del signo de Sagitario que, en los hombres, los convierte en seres gruesos tendentes al sedentarismo y es que de hecho ésta es una de las tipologías del signo que aunque siendo el más festivo, también es el perfecto agua-fiestas, tanto es así que es capaz de suspender una reunión en la que haya quedado con un gran número de personas, si aquel día encuentra otro divertimento por extraño que éste pueda ser.
