Ni sentimental ni sexual. Porque Géminis, el nativo, la nativa de Géminis, es preferentemente mental, es cerebral. Y, sobre todo, porque el amor acaba atando, restringiendo, coartando la independencia personal.
La amistad amorosa, que no ata, no restringe, no pone en peligro la propia libertad, es perfecta para este nativo. Por medio de ella se vive el amor pero no se sufren las consecuencias del amor intensidad, del amor pasión.
Géminis luchará siempre, de una u otra forma, para no caer en la trampa de lo que pueda acabar con su independencia, con ese sistema de vida que elige y que le va perfectamente. En el cual, ante todo y sobre todo, lo que cuenta es la movilidad, es la libertad personal.
Perfectamente capacitado para esta movilidad, para los cambios, la novedad y la improvisación, para adaptarse con pleno acierto a toda circunstancia, este nativo, siempre de los dos sexos, buscará la variedad y el cambio, la aventura amorosa, recelando de lo apasionado, de lo arrebatado, de eso que llamamos fuego amoroso, del frenesí de los sentimientos y del frenesí de la carne.
Y si todos, en general, queremos eludir estas facetas densas, comprometidas, del amor, él, ella, puede aludirlas, sabe eludirlas sin esfuerzo.
Por lo general, puede vivir muchos amores, muchas aventuras amorosas a lo largo de su vida. Con agrado, con soltura, con comprensión, pero en muy pocos casos, o sólo excepcional-mente, con verdadera intensidad. Ningún compañero mejor que él, que ella, siempre que no intentemos esclavizarle con nuestro amor.
