Cáncer es así

Pocos signos capaces de demostrarnos la sensibilidad, el sentimiento, que Cáncer, hombre o mujer, posee. Pocos, a la vez, tan tímidos, tan encerrados en su propia interioridad, tan dados a vivir en sueños la existencia en vez de vivirla en realización material.
Pasivo en lo sentimental, pasivo en lo sexual, es enamoradizo, lo que determina en muchos casos que parezca cambiante, inestable en sus sentimientos. Lo que ocurre es que necesita y busca lo subjetivo del amor, un desarrollo más interior que expansivo, más lo apasionado afectivo que lo apasionado sexual.

Es tierno, blando, conciliador, muy comprensivo. Es impresionable, susceptible, decisivamente instintivo e intuitivo, siempre como entregado a la defensa de su ensoñación, sus ilusiones, más que a crear realidades. Fantasías, ilusiones en las que sus sentimientos y el amor suelen jugar un papel decisivo.

Siendo muchas veces bohemio por naturaleza, convierte el hogar en un refugio contra adversidades y luchas que él, ella, parece no admitir pero que, en todo caso, debe de soportar. Es el verdadero símbolo del hogar y de la familia astrológicamente hablando. Familia y hogar que defenderá con ahínco. Es por ello que al constituirse en amante, se convierte a la vez como en un padre, una madre, padrazo o madraza; en un hijo, una hija; en protector y a la vez en un ser necesitado de la protección de aquella persona que le ame.
En definitiva, uno de los seres más sentimentales que existe. Y, desde luego, de los más sensibles en cuestiones de amor.

Cáncer