Independientemente de lo ya mencionado, hay circunstancias que la Astrología no puede predecir. Una de ellas es «la muerte». ¿Por qué no?
No hay un solo motivo, sino varios. Por un lado, porque «movimientos de muerte» se producen a montones dentro de una carta natal y no hablan precisamente de la muerte física.
A lo que se refieren es a esos momentos de cambios profundos en la vida, en que hacemos transformaciones fundamentales para nuestro desenvolvimiento futuro. Es decir, tiempos en que vivimos procesos que podemos llamar sin exageración de muerte y renacimiento.
Por otra parte, por razones éticas, se le prohibe al astrólogo predecir a la gente la muerte o cualquier otro suceso que pueda alterar su conciencia. Esto se debe a la importancia del impacto psicológico que el astrólogo ejerce sobre el consultante.
En tercer lugar, porque el profesional de la Astrología no siempre cuenta con todos los datos al comenzar a elaborar una carta. Así, se puede hacer una predicción astral, pero no saber si la influencia o el acontecimiento que observamos escrito en el mapa astral se refiere a un hombre, a un animalito, a la apertura o cierre de un negocio, o a algún otro suceso.
Ésta es la limitación más grande que tiene la Astrología. El astrólogo ve la carta natal y habla sobre ella; pero, si no es informado de antemano, no sabe de qué está hablando. De ahí que sea común que se averigüen los datos de una persona antes de aceptar el realizar una carta natal.
